Forma parte de la evolución de la mayoría de las familias pero aunque sea una etapa esperada y previsible no por ello resulta menos dolorosa. Se la conoce como Síndrome del Nido Vacío y con este nombre nos referimos al sentimiento de soledad y tristeza que suelen experimentar los padres cuando sus hijos se emancipan para iniciar una nueva vida fuera del hogar familiar.

Aunque la separación sea solo física, tiene una enorme repercusión en el día a día de los progenitores que se ven invadidos, y a veces superados, por todo tipo de sentimientos: cambio radical en su día a día, una pérdida del sentido de su existencia sobre todo si se han dedicado de forma exclusiva a la crianza, nostalgia… Lo recomendable es no dejarse invadir por el pesar, reconocer que una etapa se va pero saber dar la bienvenida a otra muy estimulante que se presenta cargada de oportunidades para encontrar nuevos desafíos y también para reencontrarse de una manera más madura con la pareja.

Hay que dejar claro que el Síndrome del Nido Vacío no es una enfermedad pero sí puede provocar una crisis vital y sentimientos de desazón por el proceso de separación física que se origina con los hijos. Estos son algunos de los síntomas que se pueden manifestar:

– Sensación de tristeza, soledad y/o vacío interior.

– Sensación de aburrimiento o de no tener nada que hacer.

– Nostalgia del pasado y la creencia de que nunca se revivirán sus buenos momentos.

– Problemas para conciliar el sueño.

– Dificultad para concentrarse.

– Incapacidad para encontrar placer con nada.

– Llanto más frecuente de lo habitual.

– Preocupación excesiva por el bienestar de los hijos.

– En los casos en los que la persona no acepta o se amolda a los cambios podrían sobrevenir episodios de depresión o ansiedad.

En el caso del Síndrome del Nido Vacío no se trata solo de buscar soluciones o aprender a gestionar la situación una vez que los hijos dejan el hogar familiar, sino de saber prevenirlas desde mucho antes que éstos se independicen. ¿Cómo podemos conseguirlo?

En muchas ocasiones cuando nacen los hijos, la pareja se centra tanto en la paternidad y maternidad que deja de lado su propia relación.

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