En foto, el portavoz del grupo de seguimiento del brote, José Miguel Cisneros, consulta su móvil. En vídeo, declaraciones de la vicepresidenta en funciones Carmen Calvo sobre la investigación. FOTO: A. RUESGA VÍDEO: ATLAS

Los análisis realizados en dos mechadoras (instrumentos empleados para rellenar la carne cruda) de la empresa sevillana Magrudis han dado positivo a la presencia de la bacteria Listeria monocytogenes, según documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Ello confirma que uno de los focos del brote de listeriosis que ha afectado ya a 175 personas en toda España, de las que 82 permanecen hospitalizadas, se encuentra en la planta de producción de la compañía en la capital andaluza, que comercializaba sus productos bajo la marca La Mechá. Entre ellos, el más popular y considerado responsable del brote es la carne mechada, aunque en las instalaciones también se elaboraban otros, como lomo y chicharrón al horno.

La toma de muestras por el laboratorio acreditado Lanutec se realizó el pasado viernes y los resultados llegaron el lunes. Los análisis de las mechadoras son los primeros que han trascendido, aunque previsiblemente este viernes se conocerán los realizados con muestras de otras partes de la planta.

Juan José Rodríguez, profesor titular de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Seguridad Alimentaria, señala que “si las mechadoras estaban contaminadas, con seguridad otros espacios de la línea de producción también lo estaban”. Rodríguez recuerda que “la mechadora es un instrumento utilizado para rellenar la carne cruda, por lo que las bacterias inoculadas no deberían sobrevivir al horneado y la contaminación final previsiblemente se produjo en otro momento de la línea de producción”. “Es una información preocupante porque revela una contaminación extendida y desconocida para los responsables de la empresa”, concluye.

Tensión política

Los nuevos datos apuntan a un posible doble fallo en la línea de producción de Magrudis, según todos los expertos consultados. El primero, ahora confirmado, implicaría, según estos expertos, fallos en la higiene de las instalaciones.

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