Seguro que en estos días de confinamiento, y como consecuencia de un uso prolongado de las pantallas del ordenador, tablets, teléfonos móviles, consolas de videojuegos y la propia televisión, muchas personas perciben al final de la jornada que no ven bien del todo, y que le lloran los ojos o están ligeramente irritados. Estos síntomas, tanto en personas con defectos de visión como en las que poseen una salud visual a prueba de bombas, tienen una explicación muy sencilla: se trata del Síndrome Visual Informático.

Es un trastorno provocado por el sobresfuerzo de los ojos. Pasar más de dos horas seguidas frente a una pantalla, sin hacer pausas o tomar una serie de medidas preventivas, puede ser causa suficiente para sufrir, en mayor o menor medida, el Síndrome Visual Informático.

Muchas horas ante la pantalla

Al permanecer muchas horas delante de una pantalla, disminuye de forma involuntaria la frecuencia de parpadeo y por lo tanto se altera la secreción lagrimal. Nuestros ojos están diseñados para funcionar a pleno rendimiento mientras estamos despiertos. Por lo tanto, la sensación de fatiga visual no aparece por ‘usar’ mucho los ojos durante el día, sino por hacerlo en condiciones inadecuadas. Lo normal es que podamos parpadear 20-25 veces por minuto. Esto favorece que las lágrimas se distribuyan por la córnea, lo que proporciona una adecuada hidratación al globo ocular. Pero cuando fijamos la vista en una pantalla, parpadeamos muchísimo menos.

Parpadeamos de media unas 20 veces por minuto. Cuando vemos la tele, se reduce a un promedio de 12 veces. Pero ante una pantalla de móvil o de ordenador, que a menudo requiere que le prestemos mayor atención, parpadeamos solo unas 9 veces por minuto. Cuanto más atención prestamos, menos parpadeamos.

El problema se acentúa si a todo esto se suma a una mala iluminación de la habitación, realizar tareas que necesitan fijar la vista en distancias muy cortas,

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