La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha advertido de los riesgos de los test genéticos domésticos, que en la actualidad se pueden adquirir por Internet «sin necesidad» de contar con un médico o ir a una clínica u hospital, y ha pedido que se regule su uso así como que se informe al usuario de los riesgos que estos tienen para la salud y la privacidad de quien los usa.»A pesar de que el test resulte sencillo e indoloro, la genética es un ámbito muy complejo y, por tanto, solo los médicos o expertos en la materia pueden determinar su pertinencia y entender e interpretar los resultados de estas pruebas», ha dicho la organización, para avisar de las consecuencias que puede tener dejar en manos ajenas datos «tan personales» como los que contienen los genes.Las empresas que se dedican a la venta de test genéticos domésticos o directos al consumidor (TGDC) utilizan técnicas comerciales para convencer al usuario de la «bondad» de sus productos y servicios, apelando a su curiosidad y derecho a decidir. Además, según la OCU, este tipo de empresas suelen argumentar que ponen la ciencia y la tecnología al alcance de cualquiera, que democratizan la genética, dan autonomía a los ciudadanos y que la compra de sus productos o servicios supone invertir en prevención porque ayudan a mejorar la salud.Sin embargo, la organización ha informado de que, cuando hay un interés comercial de por medio, la publicidad «suele exagerar los beneficios y esconder o indicar en letra pequeña los riesgos». Por eso, ha rechazado el uso de este tipo de test mientras no se regulen y ha solicitado que haya un control sobre su «validez y seguridad», así como sobre la publicidad e información que ofrecen al consumidor.A su juicio, es «inaceptable» que se permita una oferta creciente de pruebas genéticas directas al consumidor que no cumplan la Ley de Investigación Biomédica, dado que ofrecen resultados relacionados con la salud, a pesar de que algunas empresas se escudan en que este tipo de test no tienen carácter diagnóstico o se realizan fuera del entorno clínico, sin la prescripción de un médico.Por eso, «para que no haya dudas», la OCU ha insistido en la necesidad de actualizar la ley o regular «de forma expresa» este tipo de test, incluyendo la publicidad e información que ofrecen a los consumidores. Además, ha comentado que sería conveniente aprobar leyes o acuerdos internacionales ya que este comercio se desarrolla especialmente a través de Internet.Por otro lado,

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