Que te manden a estudiar al baño. Que coloquen tu pupitre en el inodoro. Y todo solo porque tengas autismo y necesites un poco de silencio. Esto es lo que denunció hace unos días una madre estadounidense que vive en Bellingham, en el estado de Washington, en Facebook. Efectivamente, a su hijo le habían plantado su pupitre en el baño del colegio, dato que ha corroborado el centro de Secundaria Whatcom, en un comunicado.

Danielle Goodwin decidió hace unos días contar la situación de discriminación que había sufrido su pequeño de 11 años y que padece autismo. Todo comenzó cuando le pidió a la profesora de su hijo que le pusiera en un sitio tranquilo para que pudiera concentrarse y hacer sus tareas. El pequeño realiza este año un curso de transición entre Primaria y Secundaria; en el ciclo anterior, al joven se le permitía estudiar en la biblioteca, cosa que se le ha negado este curso. Cuando fueron al cole tras la petición, la sorpresa fue mayúscula: “Encontramos sus cosas en el baño”, ha declarado la mujer a CNN affiliate KOMO. “Me quedé estupefacta. Estaba en shock. Tomé la fotografía porque simplemente no me creía lo que estaba ocurriendo”, explica la mujer junto a la foto. Ante su indignación, el colegio la contestó que “se había decidido por ese espacio ya que nunca se usaba”. La profesora también dejó al niño una colchoneta en el suelo del baño para que pudiera dormir la siesta.  “A mi hijo le han humillado, avergonzado y decepcionado ante esta inhumana decisión”, concluye la mujer.

El de Danielle y su hijo es un caso más para este colectivo y una lucha constante de familiares y organizaciones para que las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) no sufran episodios similares. Recordemos, que, según la Asociación Americana de Pediatría, uno de cada 68 niños padece este trastorno durante su escolarización y que son jóvenes que suelen padecer acoso escolar con más frecuencia, debido a su comportamiento estereotipado y repetitivo o a la incapacidad,

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