Se piensa que cualquier avance tecnológico es bueno, que nos ayudará a vivir mejor, pero no siempre es así. Hace un par de semanas desembarcó en España el 5G, una tecnología para telefonía e Internet móvil que proporcionará una gran velocidad y permitirá que muchos más dispositivos puedan estar conectados a la Red, y es que en un futuro cercano, hornos, frigoríficos, coches, etcétera, estarán también conectados a Internet. Lo que gran parte de la población no sabe, o no se pregunta, es lo que se necesita para llevar esto a cabo. La respuesta es un gran aumento del número de antenas de telefonía necesarias, con lo que el nivel de ondas electromagnéticas a las que estamos expuestos se multiplicará. Me gustaría que el Gobierno pusiera en práctica el principio de precaución al igual que han hecho algunos países y ciudades europeas.

Beatriz Sancho. Zaragoza

Puedes seguir EL PAÍS Opinión en Facebook, Twitter o suscribirte aquí a la Newsletter.

 » Más información en elpais.es