El debate sobre las patentes de las vacunas de la covid-19, abierto por India y Sudáfrica en octubre de 2020 para acelerar la producción y así la inmunización de la población mundial, se ha acelerado tras el cambio de posición de EE UU, que ahora ha mostrado su apoyo a la suspensión temporal hasta que se alcance la inmunidad de rebaño en todo el globo. La nueva posición de la Administración Biden-Harris, que ya cuenta con más del 45% de la población con al menos el primer pinchazo inoculado, traslada la presión a la Unión Europea, que defiende en cambio que la exención de la propiedad intelectual no solucionará los problemas de producción a corto y medio plazo y aboga por centrarse en compartir mayor cantidad de dosis (aumentar las exportaciones) y en incrementar la capacidad de producción.
Esta posición le parece «más razonable» al responsable del Área de Estrategia Comercial e Internacionalización del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Javier Maira Vidal, que considera que antes de liberalizar las patentes hay que «estudiar la capacidad real de producción de vacunas» e intentar llegar a acuerdos de licencia.
«Suspender los derechos de exclusividad de las patentes otorgando licencias obligatorias, en el caso de las vacunas de la covid-19,