La contaminación atmosférica también se relaciona con la aparición de cáncer de garganta, de mama o del aparato digestivo, con diabetes tipo 2, ansiedad, demencia, Parkinson y Alzheimer, ha puesto de relevancia el jefe del departamento de Epidemiología y Bioestadística de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, el doctor Julio Díaz.

Así lo ha hecho durante una jornada informativa formativa sobre contaminación ambiental y salud organizada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), en colaboración con la Asociación de Informadores de la Salud (ANIS) y la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), cuyo objetivo ha sido «dar información científica y contrastada que demuestre el grave problema» que se enfrenta con la contaminación, según el presidente de SEPAR, el doctor Carlos A. Jiménez.

Los seis contaminantes más peligrosos para la salud son el nitrógeno, el ozono, las partículas en suspensión, el dióxido de azufre, el monóxido de carbono y el plomo.

En cuanto a las partículas en suspensión, «cuanto más grande la partícula, menos daño porque se queda en los bronquios. Las peores son las de 2,5 micras, que pueden penetrar en la sangre», ha explicado el doctor Díaz, que ha especificado que provienen de los vehículos. En este sentido, hay más en el diésel y son más pequeñas, ha agregado.

Pero los efectos de la contaminación sobre la salud son aún más acusados en cuanto a las enfermedades respiratorias que resultan de la exposición a la misma se refiere y suceden ya en un niño todavía nonato, ha matizado la coordinadora del Área de Enfermedades Respiratorias Ocupacionales y Medioambientales de SEPAR, la doctora Isabel Urrutia.

La contaminación atmosférica afecta a la placenta y ocasiona que los niños nazcan con bajo peso, problemas en el sistema inmune y una función pulmonar disminuida, según la experta. Además, según un estudio que ha citado la doctora Urrutia,

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