Estos días se inicia en el hospital Germans Trias de Barcelona uno de los estudios más avanzados dentro de los intentos de frenar la expansión del coronavirus. Una de las claves es la cloroquina, el fármaco contra la malaria que se ensayó en Wuhan y que se encuentra en fase de análisis en todo el mundo. Otro de sus puntajes es Oriol Mitjá, un reputado epidemiólogo envuelto en la polémica después de que los independentistas catalanes hayan utilizado sus tesis para defender el bloqueo total de Cataluña. Mitjà, además, está liderando una campaña de crítica al Gobierno de Pedro Sánchez que ha enfadado al PSC.

Es en ese entorno de tensión en el que Mitjà ha iniciado su ensayo. Su tesis es la siguiente: una vez que se localiza a un infectado, se contacta con su círculo de contactos para proporcionales la hidroxocloroquina. Esta sustancia actúa, según varios modelos, como una suerte de barrera de protección ante el virus. Lo que se pretende saber es hasta que punto se evitarán nuevos contagios mediante el tratamiento con el antimalárico. Mitjà, además, suministrará un antiviral empleado en la lucha contra el Sida, el Darunavir, a los contagiados con el fin de estudiar la reducción de carga vírica y, entre otras cuestiones, si su capacidad de propagar la enfermedad se atenúa.

Este estudio cuenta con las bendiciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Consejo Europeo de Investigación y la Agencia Española del Medicamento, entre otras instituciones. La cloroquina, después de todo, es uno de los productos en los que la comunidad científica mundial tiene puestas sus esperanzas como solución ante el avance del Covid-19, aunque todavía son necesarios análisis para determinar su efectividad. El propio presidente Donald Trump avanzó que esta sustancia iba a ser el arma clave en la lucha contra la pandemia.

Contra el Gobierno

Oriol Mitjà, nacido en 1980 en Barcelona,

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