Todo el material genético de una célula —que estirado alcanzaría dos metros de largo—, está empaquetado en una apretadísima estructura tridimensional específica para cada tipo celular. Biola Javierre (Huesca, 1983) está “fascinada” por esta empaquetación, que se llama cromatina. “Controla casi todos los procesos celulares, entre ellos controla qué genes, es decir, qué instrucciones, la célula va a ejecutar y cuáles no”, explica. La cromatina logra esto al colocar en proximidad física las secuencias reguladoras del ADN con sus genes correspondientes, algo que hasta ahora se desconocía, dice Javierre, “porque los interruptores, las secuencias reguladoras, suelen estar muy lejos de su gen”. Si la secuencia reguladora falla, puede ocurrir un cáncer.

Javierre estudia ese delicado proceso en el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras (IJC), donde encabeza un equipo enfocado a buscar nuevos tratamientos más eficaces y con menos secuelas contra la leucemia linfoblástica aguda infantil (LLA). Ella ha desarrollado un nuevo método que permite, por primera vez, saber cuáles son las secuencias reguladoras —los interruptores— que controlan cada gen en cada tipo celular. Un 20% de los niños diagnosticados con LLA muere antes de los cinco años tras el diagnóstico. Existen tumores aún más letales, pero Javierre se confiesa especialmente “sensible” al cáncer pediátrico desde que recientemente tuvo dos hijos: “Cualquier cáncer es un drama, pero creo que nadie duda que un cáncer pediátrico lo es más”.

Por su trabajo pionero, la Fundación L’Oréal ha seleccionado a Javierre de entre 280 investigadoras de todo el mundo para otorgarle uno de los 15 reconocimientos L’Oréal-Unesco International Rising Talent de este año. El premio, que es parte del programa For Women in Science (para mujeres en la ciencia), reconoce a las científicas jóvenes más prometedoras del mundo, y viene acompañado de una dotación de 15.000 euros para su investigación. EL PAÍS habló con Javierre antes de la entrega del premio en la sede de la Unesco en París.

Pregunta. ¿Cómo ayudan sus investigaciones a los pacientes de cáncer?

Dentro de unos años,

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