Asia parece tener ya relativamente controlada la pandemia que enfrenta desde hace un par de meses. En ello ha tenido mucho que ver el férreo control que gobiernos como el chino tienen sobre el ciudadano, en una sociedad que apenas tiene conciencia crítica ante la vigilancia digital y donde, a menudo, pesa más lo colectivo que lo individual. Ese conjunto de circunstancias han permitido atajar con contundencia el problema.

En este sentido, Corea del Sur, con sus 51,47 millones de ciudadanos, parece un ejemplo brillante de cómo afrontar una crisis sanitaria de esta magnitud. Hasta el momento, el país ha reportado una cifra cercana ya a los 9.000 casos positivos y ha perdido a 104 personas a causa del virus. Pero hay que poner en contexto estas cifras. En 2015, el Gobierno surcoreano ya tuvo que lidiar con otra alerta sanitaria, la del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés). En aquella ocasión ‘solo’ hubo 186 casos y 38 muertos, pero la mitad de los contagios se dieron en hospitales. De aquella crisis, extrajeron una valiosa lección: había que evitar que los contagiados siguieran expandiendo el virus, había que conseguir que se quedaran en sus casas.

Y es ahí donde entra en juego ‘self-quarentine safety protection’. Desarrollada por el Ministerio del Interior y Seguridad de Corea del Sur, la app permite al Gobierno surcoreano monitorizar a los ciudadanos cuando se encuentran en cuarentena y permite a aquellos que tienen prohibido abandonar sus hogares reportar a la administración cómo va progresando su caso o si han desarrollado alguno de los síntomas de la enfermedad. Además, la aplicación hace uso del sistema de GPS de los móviles para geolocalizar a la persona y asegurarse de que no se está saltando la cuarentena. Según technologyreview.com, cuando esto sucede se envía una alerta tanto al ciudadano como al oficial que esté controlando esa zona en concreto.

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