El Gobierno de Israel anunció que pondrá en cuarentena de dos semanas a todas las personas que lleguen al país procedentes de España, Alemania, Austria, Suiza y Francia. Se trata de una medida temporal para intentar frenar la expansión del coronavirus y supone la ampliación de una lista en la que hasta ahora constaban China, Hong Kong, Macao, Tailandia, Singapur e Italia. En Israel hay quince personas que han dado positivo en los análisis, ocho de ellas lo contrajeron en Italia, y miles permanecen en un régimen de cuarentena que con las últimas medidas aprobadas puede afectar hasta a 70.000 personas.

Benjamín Netanyahu, y el ministro de Sanidad, Yaakov Litzman, fueron los encargados de anunciar esta nueva decisión en una de rueda de prensa conjunta en la que el primer ministro calificó el coronavirus como «una de las peores pandemias del siglo» y quiso tranquilizar a la población asegurando que lo «tenemos bajo control» y por eso adoptamos «medidas serias».

Además de las cuarentenas obligatorias a los llegados de esos once lugares, que tendrán un impacto directo en sectores como el del Turismo, el Estado judío decidió prohibir las reuniones de más de 5.000 personas, y el propio Netanyahu pidió a los ciudadanos que no se den la mano en los saludos. Ante el descenso de viajeros y la cancelación de rutas, la compañía nacional de aviación El Al anunció el recorte de mil empleos temporales y fijos y una rebaja del 20 por ciento en los sueldos de sus empleados.

Bloqueo político

El coronavirus eclipsó la jornada final del recuento de votos tras las elecciones del lunes, en las que Netanyahu fue el ganador pese a los problemas que tiene con la justicia por tres escándalos de corrupción. La alegría de líder del Likud no fue completa porque su bloque en el parlamento de partidos ultranacionalistas y ultraortodoxos quedó a tres diputados de la mayoría necesaria para formar gobierno.

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