Una mujer embarazada de 9 meses que quería dar a luz en su domicilio de Oviedo fue trasladada ayer al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) por la Policía y bajo la orden de uba jueza del juzgado de Instrucción número 1 de Oviedo. La mujer, que había sobrepasado ampliamente las 42 semanas de gestación, ingresó en el hospital a las 17.30 horas bajo tutela judicial. Se había puesto de parto minutos antes de que llegase la Policía. A las 10 de la mañana la mujer ya había dilatado 7 centímetros.

Como ha podido conocer este diario, la mujer, de la que hasta el momento se desconoce su estado, dejó de acudir al HUCA en la semana 35 de embarazo. Ayer, y al encontrarse cerca del tiempo en que los sanitarios suelen inducir el parto en este tipo de casos, el subdirector de servicios Quirúrgicos y Críticos del hospital solicitó al juez el ingreso de la paciente avalado por un informe del jefe de servicio de Obstetricia en el que se exponía un riesgo «real» de «hipoxia fetal» y de «muerte fetal intrauterina».

La mujer; no obstante, permaneció en su domicilio para dar a luz a la manera tradicional. Una práctica considerada «de peligro» en este tipo de casos.

Según fuentes del TSJA, la jueza atendió al informe del jefe de Obstetricia para dictar la orden, al encontrarse el feto «en peligro», «y no a otras cuestiones».

Sin embargo, Francisca Fernández Guillén, abogada especializada en Derecho Sanitario, Derecho Administrativo, Derechos del Paciente, negligencias médicas y responsabilidad profesional, que está asesorando a la familia, no opina lo mismo. «Los médicos tenían el seguimiento completo del embarazo y no había ningún motivo para que la jueza ordenase así el traslado», comentó. «No había ningún riesgo, la familia se lo estaba pensando, pero el hospital ha actuado de una forma muy agresiva». Algo que, en sus palabras,

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