Existen «buenas evidencias» de que los fármacos para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) también podrían tratar con éxito aspectos clave de la enfermedad de Alzheimer, según un análisis de datos agrupados de la investigación disponible, publicado en línea en el Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry.

Según los investigadores, ahora se justifica la realización de ensayos clínicos con fármacos noradrenérgicos, que incluyen antidepresivos y medicamentos para tratar la hipertensión arterial y el TDAH.

La norepinefrina como diana terapéutica

Los fármacos noradrenérgicos se dirigen al neurotransmisor noradrenalina, también llamado norepinefrina, que es liberado por una red de neuronas noradrenérgicas especializadas. Esa red es fundamental para la excitación y muchos procesos cognitivos, como la atención, el aprendizaje, la memoria, la preparación para la acción y la supresión de comportamientos inadecuados.

La alteración noradrenérgica se produce en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer y contribuye a los síntomas cognitivos y neuropsiquiátricos que la caracterizan, lo que sugiere que el sistema noradrenérgico sería un buen objetivo para el tratamiento farmacológico.

Por ello, los investigadores buscaron ensayos clínicos publicados entre 1980 y 2021 en los que se hubieran utilizado fármacos noradrenérgicos, como la atomoxetina, el metilfenidato y la guanfacina, para mejorar potencialmente los síntomas cognitivos y/o neuropsiquiátricos en personas con enfermedades neurodegenerativas.

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