Somos un sector muy poco reivindicativo. Y no será porque no nos hace falta manifestarnos. Las constantes bajadas del precio de los medicamentos, la amenaza de venta online, el acelerado crecimiento de parafarmacias y el escalofriante desabastecimiento de fármacos en la botica es para echarse a temblar. Hay dos nombres que todos conocemos desde pequeños y que memorizamos casi a la par que el nombre de nuestra profesora favorita del colegio: el ibuprofeno y el paracetamol. Y es que la infinita lista de desabastecimientos en la farmacia aumenta sin cesar.

Se manifiestan los conductores de autobús, los pensionistas, los trabajadores del metal… pero nosotros, nada. Nos seguiremos poniendo la bata, suspiraremos al abrir la cubeta y pediremos al dios de los medicamentos que haga un milagro para devolvernos la salud.

Laura G. Iruretagoyena

Bilbao

Puedes seguir EL PAÍS Opinión en Facebook, Twitter o suscribirte aquí a la Newsletter.

 » Más información en elpais.es