MERCEDES BORJA

Niña con móvil

Los smartphones forman parte de nuestra vida cotidiana desde hace ya unos años. Los utilizamos para todo: comunicarnos, informarnos, leer, escuchar música, consumir contenido audiovisual, trabajar… Por eso es inevitable que forme parte también de la vida de nuestros hijos, nativos digitales. Los smartphones, al igual que el resto de la tecnología que tenemos en casa, nos facilita mucho la vida y nadie quiere, con razón, renunciar a ella.

El problema existe cuando el abuso o el uso irracional se convierte en adicción y causa problemas a corto y largo plazo, sobre todo en niños y adolescentes. Según datos de la Asociación Española de Pediatría, un 15% de los adolescentes hacen un uso inadecuado —e incluso adictivo— del móvil, y la cifra aumenta cada año.

Para no llegar a este punto, hay que educar a los niños en el uso de las nuevas tecnologías y las pantallas desde que nacen. ¿Qué recomiendan los expertos?

Tanto la OMS como la AAP (Academia Americana de Pediatría) coinciden en algunas recomendaciones sobre el uso de las pantallas durante la infancia:

  • Nada de pantallas (tv, móviles, tablets, videojuegos…) en los niños menores de dos años. Durante esta etapa, el cerebro se desarrolla de una manera muy rápida y los niños aprenden con la interacción con las personas, no por mirar una pantalla.
  • No más de una hora al día para los niños entre 2 y 12 años. Esto no quiere decir que se recomiende, sino que debería ser lo máximo permitido. Si es nada o menos, mejor.
  • A partir de los 12, y durante la adolescencia, se puede ir aumentando, pero que nunca sea más de dos horas.

Además, expone una serie de recomendaciones para cualquier edad:

  • Nunca usar dispositivos a la hora de las comidas ni antes de dormir.
  • No tener ningún tipo de pantalla en la habitación de los niños y reservar otro tipo de estancias libres de pantallas también.

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