Las asociaciones entre la salud mental y la salud fisiológica están cada vez más claras, y son muchas las investigaciones que en los últimos años han venido alumbrando los mecanismos que interconectan ambas.

Fluctuaciones en la presión sanguínea

Siempre se ha especulado, por ejemplo, que el malestar psicológico podía tener serios efectos negativos sobre el sistema circulatorio, y de hecho ya se han descrito ciertas patologías que afectan a este último en las que intervienen con fuerza ciertos factores como el estrés (por ejemplo, el síndrome de Takotsubo).

Ahora, no obstante, un trabajo llevado a cabo por científicos de la Universidad de Australia del Sur ha ahondado en esta relación y, tal y como describe el artículo publicado al respecto en el medio científico BioMedical Engineering, han concluido que los problemas de salud mental a menudo van asociados a fluctuaciones en la presión sanguínea que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y daños orgánicos de diverso tipo y consideración.

Concretamente, el estudio es una revisión de 12 estudios previos practicados sobre personas con trastornos de ansiedad, pánico y depresivos. Por este método, los investigadores hallaron que un diagnóstico de enfermedad mental se relaciona con una mayor fluctuación de la tensión arterial durante el día.

Además,

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