En España, una de cada cuatro adultos fuman a diario. El tabaco tiene una serie de sustancias adictivas de las que es muy difícil desengancharse. Una vez hemos decidido dejar de fumar, lo más normal es que tanto nuestro cuerpo como nuestra mente sufran estrés, e intentemos suplir esa adicción con los alimentos menos recomendables. La razón científica es que la ausencia de nicotina, una vez se ha creado la adicción, hace que el metabolismo se ralentice, y el apetito aumente.

Puesto que la ganancia de peso suele ser un hecho constatado cuando se abandona el hábito tabáquico, lo ideal es aferrarnos a los alimentos menos nocivos, esos que provocan la saciedad que necesita nuestro organismo, sin perjudicarnos. Para saber cuáles son esos alimentos que nos ayuden a que el tabaquismo pase a la historia, y también los que de ninguna manera deberíamos consumir para no alargar el proceso, hemos entrevistado a la doctora María José Crispín, médica nutricionista de Clínica Menorca.

El peligro de dejar de fumar y aumentar el consumo de alcohol

La doctora Crispín comienza explicando que «cuando dejamos de fumar el objetivo es no volver a hacerlo, así que a los pacientes que quieren dejar de fumar, lo que les digo es que tengan al principio muchísimo cuidado con el alcohol y si pueden que eviten el alcohol por completo.

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