Los procesos digestivos en nuestro cuerpo, como todos sabemos, producen gases. Lo que es menos conocido es que algunos de esos gases pueden resultar dañinos para nuestro propio organismo, y que la proporción en la que se producen depende en buena medida de lo que ingerimos.

Un gas relacionado con muchas enfermedades

Uno de estos gases es el sulfuro de hidrógeno colónico, con un característico olor a huevo podrido. Durante mucho tiempo, ha venido siendo objeto de gran interés por su posible rol en la patogénesis de muchas enfermedades graves, como la colitis ulcerosa, el cáncer colorrectal o la obesidad. Hasta ahora, no obstante, ningún estudio había sido capaz de relacionar la composición de la dieta, la caracterización del microbioma y la producción real de sulfuro de hidrógeno.

No obstante, un equipo de científicos de la Escuela Médica de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) ha identificado por primera vez una serie de patrones nutricionales que se relacionan con una mayor producción de este gas, tal y como explican en un artículo publicado en el medio especializado Clinical Nutrition.

Para averiguar esto, tomaron a una gran cohorte de voluntarios humanos y a cada uno de ellos le pautaron dos dietas diferentes (en diferentes momentos y separadas por periodos de dos semanas,

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