En 2020 los estadounidenses votarán a su próximo presidente, cuatro años después de la victoria de Donald Trump, sin que el establishment del Partido Demócrata haya digerido la derrota ni analizado sus causas a fondo. Pero los aspirantes a la Casa Blanca calientan ya motores –la senadora Elizabeth Warren, según informaba The New York Times, prometió por ejemplo aprobar una nueva ley antitrust contra las grandes compañías tecnológicas como Amazon, Google, Apple o Facebook— y los puntos de sutura ceden y la cicatriz se reabre. David Rosen se asoma a la herida desde Counterpunch con un artículo sobre uno de los aspectos más debatidos de las elecciones presidenciales de 2016: el apoyo de la clase trabajadora blanca a Trump.

El autor cita un estudio de dos economistas de la Universidad de Princeton, Anne Case y Angus Deaton, sobre los índices de mortalidad en lo que técnicamente se denomina “estadounidenses blancos no-hispanos”, en los que se registran desde hace años de manera constante “aumentos por sobredosis, suicidios y enfermedades hepáticas relacionadas con el consumo de alcohol”. El deterioro de las condiciones de vida y la desaparición de “las estructuras tradicionales de apoyo social y económico”, sin que hayan sido sustituidas por otras nuevas, conducen a este sector de la población a lo que Rosen califica de “muertes por desesperación”. El autor recuerda un estudio publicado poco después de las elecciones por Shannon Monnat, quien estableció una correlación entre los resultados obtenidos por el candidato republicano y los distritos más afectados por la crisis y el desempleo, sin que sea este evidentemente el único factor causal.


Un tren de mercancías procedente de Yiwu llega en diciembre de 2014 a Madrid.ampliar foto
Un tren de mercancías procedente de Yiwu llega en diciembre de 2014 a Madrid. JULIÁN ROJAS

Hoy, las capitales europeas ya no miran solamente a Washington o Moscú, sino también a Pekín. La que más, Roma, que esta semana firmó un controvertido memorando de entendimiento con China, sobre el que ha habido, en palabras del ministro de Economia,

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