¿Alguna vez ha notado que los ojos le lloran cuando se produce una bajada importante de las temperaturas? Quédese tranquilo, es algo completamente normal. La superficie del ojo, compuesta principalmente por la conjuntiva y la córnea, necesita estar muy bien hidratada y lubricada para estar en óptimas condiciones. Sin embargo, el frío y el viento hace que dicha humedad se evapore. Así que nuestros ojos recurren a un ‘plan B’ y ponen en marcha un mecanismo de defensa fisiológico innato para protegerse: volver a hidratarse con la producción de lágrimas.

“Tanto la conjuntiva (la membrana que recubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo -esclera-) como la córnea (la lente superficial del ojo) son zonas muy sensibles y, además la córnea, dispone de una cantidad de fibras nerviosas que tienen la capacidad de detectar los cambios de temperatura, tanto frío como calor. Por tanto, el lagrimeo no es más que un acto reflejo del organismo que envía señales a las glándulas que producen las lágrimas para que actúen recubriendo los ojos para crear así una película que los proteja”, cuenta el doctor Fernando Llovet, oftalmólogo cofundador de Clínica Baviera.

¿Cuándo es normal y cuándo no?

Los especialistas explican que si ojos lagrimean por frío y no hay otro síntoma no hay por qué preocuparse.

 » Leer más