En lo alto de Barcelona, a los pies de Collserola y con la vista puesta en la ciudad, se levanta la inmensa urbe sanitaria que asiste y vigila, desde las alturas, la salud de Barcelona y su gente. Esparcidos colina arriba, una suerte de edificios se encaraman a la montaña y, en un trapecio irregular, acotan las murallas del Campus Vall d’Hebron, el complejo sanitario más grande de Cataluña, líder estatal en investigación biomédica y ensayos clínicos y punta de lanza de la medicina más innovadora en Europa.

A los mandos del buque insignia de la sanidad catalana está Vicenç Martínez Ibáñez, cirujano de la casa y autor del primer trasplante hepático pediátrico en España (1987). En 2015 asumió la gerencia del centro y, en plenos recortes sanitarios y sin un euro disponible para grandes inversiones, se puso al frente de la gran transformación de un hospital de excelencia profesional pero obsoleto en infraestructuras. En estos años, las tornas han cambiado y Martínez Ibáñez reivindica el momento de Vall d’Hebron. “Hoy en día tenemos una historia de ser muy austeros: muy dedicados a tener talento y equipamientos, pero muy poco dedicados a tener una estructura excelente. Y esto ya no puede ser así”, reclama.

El campus se encuentra inmerso en una reestructuración de 122 millones de euros para reformar salas de hospitalización de los años 60 o urgencias donde no puede entrar una ambulancia. “No nos importaba tener las mesas viejas si nos encontrábamos con fuerza y equipos suficientes para atender a nuestros pacientes. Pero ya hemos estado demasiado tiempo sin inversión”, zanja el gerente. A las obras se suma en cambio en la organización interna, que funciona por procesos y centrada en el paciente. Los cambios han comenzado a mejorar la productividad y los circuitos, asegura Martínez Ibáñez. “En oftalmología tenemos un 22% más de productividad”, apunta.

El cirujano asegura que el hospital y sus profesionales gozan de buena salud, aunque admite problemas. Como la saturación de sus urgencias, que regalan cada tanto imágenes de pacientes en los pasillos,

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