El plan del departamento de Salud de reducir las listas de espera de alergología formando a las enfermeras de atención primaria para que hagan pruebas de alergia ha soliviantado a los especialistas. Los alergólogos avisan de que este tipo de procedimientos tienen que ser indicados por ellos mismos y que la interpretación de las pruebas va más allá de “un pinchacito”. El sector reclama más profesionales para mejorar las listas de espera y advierte de que la medida impulsada por Salud puede precipitar un sobrediagnóstico o una infradetección de alergias en los pacientes.
A marzo de 2019, 10.419 personas aguardaban por una visita al alergólogo y el tiempo medio de espera ascendía a 132 días. Si bien la demora se ha reducido con respecto al 2017 (215 días), la consejera de Salud, Alba Vergés, anunció la semana pasada un plan para reducir la lista de espera en alergología: formar a las enfermeras de atención primaria para realizar los prick test, unas pruebas cutáneas para detectar los alérgenos que pueden afectar al paciente.
La Sociedad Catalana de Alergia e Inmunología Clínica (SCAIC) de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña admitió ayer su “malestar” con la medida impulsada por el Govern y reprochó que no estuviese consensuada con los profesionales. “Nos ha sorprendido porque no estaba hablado esto. El diagnóstico no es solo hacer un pinchacito en la piel, sino que hay que saber interpretarlo. Una prueba positiva no indica necesariamente que tengas alergia y viceversa”, protestó la presidenta de la SCAIC, Teresa Dordal.
“Será difícil reducir a 180 días la reconstrucción de mama”
Salud también ha anunciado que las reconstrucciones de mama tras un cáncer se harán en menos de 180 días. Es decir, tendrán un tiempo máximo de espera garantizado por ley, como las cataratas y las prótesis de cadera y rodilla.
Pero los ginecólogos se muestran excépticos. “Compartimos el objetivo del Departamento, pero será difícil reducir a 180 días la reconstrucción de mama cuando las esperas llegan a dos años.