Los pisos de balcones andaluces y vegetación frondosa en el número 4 y 6 de la callejuela de Señores de Luzón son «las casas bonitas», la envidia de muchos vecinos en el Madrid de los Austrias. En este céntrico barrio de palacetes y casas señoriales de piedra no pasan desapercibidas la hiedra y los laureles a la entrada de estos edificios amarillos. Eso es lo que turistas y paseantes ven por fuera en esta encantadora callecita de adoquines que conecta la Plaza de la Villa y la calle Mayor con la placita de Santiago.

Pero en su interior estas viviendas de la posguerra albergan un “patio de los horrores”, como llaman algunos vecinos a una corrala donde la vista tarda un rato en asimilar qué tiene delante. Desde las ventanas se ve un amasijo de andamios y escombros cubiertos por grandes telas desvencijadas, como si fuera un poblado chabolista deshabitado. Es la cara fea que esconden estos edificios, la escena de un largo conflicto vecinal que se prolonga desde hace casi tres décadas en una de las zonas más caras de la capital.

Los andamios y lonas desvencijadas en el solar de la calle Santiago número 5 en el centro de Madrid en una foto de julio.Los andamios y lonas desvencijadas en el solar de la calle Santiago número 5 en el centro de Madrid en una foto de julio. KIKE PARA

Este espacio de 469 metros cuadrados pertenece a un solar con entrada por la calle opuesta, el número 5 de la calle Santiago, que hasta 1991 era ocupado por una popular panadería con horno de leña.

Los nuevos dueños, los hermanos López Domínguez, proyectaron durante los años de la burbuja del ladrillo un hotel, en 2001, y luego, en 2005, un edificio de siete plantas de apartamentos y tres de párking subterráneo cuya obra iba a tener un coste de casi un millón de euros.

El patio oscuro de las “casas bonitas” en el Madrid de los Austrias

Pero desde que la panadería fue demolida, el solar de tierra ha sido usado en distintos momentos como vertedero clandestino, aparcamiento privado o almacén de obra, provocando la desesperación de los vecinos por los ruidos e insalubridad y el temor a daños en sus edificaciones.

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