“Me voy el fin de semana al campo a desconectar”. Lo hemos dicho y oído en numerosas ocasiones. Personas que, agobiadas por la gran urbe, pasan unos días en la naturaleza como medio de evasión. Todos sabemos que funciona. Unos días de relax rural y volvemos a nuestras ciudades “con las pilas cargadas”.
La concentración de personas en núcleos urbanos crece más rápido de lo deseado. Actualmente, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y se espera que este número siga subiendo. Se estima que 7 de cada 10 personas en el mundo habitarán en 2050 grandes poblaciones. Muchos de ellos pasarán hasta el 90 % de sus existencias sin salir de ellas.
Ventajas de la ciudad… pero riesgo para la salud mental
La vida en la ciudad tiene sus ventajas, pero también supone un riesgo importante para la salud mental. De hecho, los trastornos del estado de ánimo, la ansiedad o la depresión son hasta un 56 % más frecuentes en los entornos urbanos que en los rurales.
Escapadas para apaciguar la amígdala
Pero ¿cuál es el mecanismo cerebral que permite que la naturaleza nos cambie la percepción de las cosas? Parte de la respuesta podría estar en la amígdala.
Eso sugería un estudio de hace algunos años: en situaciones de estrés,