En España es raro encontrar un niño que no adore el kétchup. La salsa roja, de hecho, se emplea principalmente como acompañamiento del tipo de comidas que suelen encantar a los más pequeños (aunque no sólo a ellos), como hamburguesas, perritos calientes o patatas fritas. Sin embargo, durante mucho tiempo, el producto no era apropiado para ellos: contenía una cantidad nada desdeñable de alcohol.

De salsa de pescado a salsa alcohólica

Desde su aparición, el kétchup ha ido cambiando hasta ser completamente irreconocible. Se cree que originalmente surgió en el sur de China como una salsa a base de pescado fermentado, posiblemente no muy diferente a otras recetas asiáticas como el kimchi coreano. Al llevarlo los mercaderes hacia Occidente, comenzaron a aparecer diferentes versiones hechas con todo tipo de ingredientes fermentados, y poco a poco el pescado original fue abandonado.

Tanto es así que cuando se publicó una de las primeras recetas norteamericanas, la de 1812 por James Mease, (Estados Unidos es probablemente el país que más suyo ha hecho el kétchup), ya se hacía a base de tomate, su principal ingrediente hoy en día. Sin embargo, el resto de la lista seguía sin parecerse: al fruto rojo se le añadían principalmente especias y brandy y la salsa se dejaba fermentar.

En algunas recetas,

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