Todo el que haya tenido que someterse a un programa para perder peso por motivos clínicos se habrá dado cuenta de algo: los últimos cinco kilos son los más difíciles de dejar atrás. Incluso cuando se está siguiendo la misma dieta, los mismos hábitos y el mismo plan de ejercicio.

Tal y como detalla el investigador Nick Fuller en el medio The Conversation, existe una razón científica por lo que esto sucede. Entenderla, además, puede darnos las claves para superar este problema.

Entendiendo la ‘meseta’ de la pérdida de peso

La ‘meseta’ en el proceso de pérdida de peso es una cuestión de biología básica. Cuando nuestro cuerpo registra algo que interpreta que amenaza su supervivencia, pone en marcha una serie de mecanismos fisiológicos para protegerse.

Exactamente esto sucede con el déficit calórico (un gasto de calorías mayor que el ingreso) que es necesario para perder peso; el cuerpo sabe que está perdiendo calorías y lo registra como una amenaza. Para ello, hace ajustes para protegerse, como ralentizar el metabolismo y disminuir la quema de energía, ralentizando también la velocidad a la que perdemos peso.

Al mismo tiempo, aumenta la secreción de una hormona llamada grelina, que promueve la sensación de hambre y la conservación de las reservas de energía en forma de grasa.

 » Leer más