El Gobierno está abierto a introducir cambios de ultimísima hora en su plan de desescalada tras las quejas de las comunidades autónomas por las imágenes de aglomeraciones el domingo tras la autorización de salida de los niños. En concreto, el Ministerio de Sanidad valora la posibilidad de establecer diferentes franjas horarias para la salida de menores, deportistas y mayores a partir del próximo sábado para no hacerles coincidir (o al menos no todo el tiempo), un proyecto que ha estado desde el principio encima de la mesa con diferentes variantes. El titular de Sanidad, Salvador Illa, en el Consejo Interterritorial celebrado este lunes por la tarde, ha pedido a los consejeros que les hagan llegar por escrito sus propuestas para decidir si se introducen contrarreloj en el documento que Pedro Sánchez presentará este martes.

Un plan que, más allá de los cambios sobre la marcha por los problemas que ha provocado la primera medida de alivio (la de los niños) nace con otras muchas dudas, empezando porque no todos los epidemiólogos que asesoran a Moncloa están convencidos de que sea ya el momento de afrontar un alivio de este calado, que podría provocar un recaída en caso de precipitación.

En principio, la primera de las medidas de desescalada como tal, la de permitir el ejercicio físico y los paseos, estaba prevista para el lunes 11 de mayo, cuando se podría haber valorado con más datos los efectos de la vuelta al trabajo tras la Semana Santa de los centenares de miles de trabajadores que se quedaron en casa con la aprobación del permiso obligatorio retribuido. Aunque Fernando Simón ha insistido en que ese regreso no ha tenido reflejo en las estadísticas, no eran pocos los epidemiólogos que abogaban por esperar tres semanas (habida cuenta de la larga evolución infectiva del virus) para decidir sobre los grandes planes de alivio.

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De hecho,

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