El disulfiram es un viejo conocido de la disciplina farmacéutica: se aprobó hace ya más de 70 años para tratar el alcoholismo. Sin embargo, ahora, los investigadores le han encontrado otro uso: al parecer, esta sustancia es capaz de proteger nuestros pulmones frente a las lesiones pulmonares que causan en ellos infecciones como la covid-19.

Una historia de serendipia

La historia del disulfiram está llena de giros sorprendentes. Originalmente era un compuesto empleado en la producción industrial de caucho, pero un buen día de 1948 un grupo de investigadores vio en este químico potencial como tratamiento antiparasitario y decidió comenzar una serie de ensayos clínicos en este sentido.

Los científicos en cuestión probaron la sustancia ellos mismos, y aunque no parece que realmente fuera tan efectivo contra los parásitos, lo que sí observaron es que interactuaba violentamente con las bebidas alcohólicas. Tanto fue así que los afectados enseguida vislumbraron su potencial como tratamiento para el alcoholismo.

Y es que el disulfiram interviene en la metabolización de el alcohol, impidiendo que el acetaldehído se transforme en ácido acético. Cabe señalar que el acetaldehído es uno de los metabolitos del alcohol responsables de la resaca.

De esta manera, quienes ingieren alcohol junto a disulfiram sufren una reacción, entre 5 y 10 minutos después, que incluye erupciones cutáneas,

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