ISRA ÁLVAREZ

  • Las tiendas que los venden y los juguetes sexuales han cambiado radicalmente: ahora son abiertos, accesibles y atienden a ambos sexos por igual.

Tienda erótica

Los juguetes eróticos ya no son lo que eran. «Ya no son lo que eran»… cuando se usa esa expresión se suele usar de forma peyorativa, dando a entender que algo ha ido a menos o ha empeorado. En el caso de los juguetes eróticos es completamente al revés. Han ido a más y a mejor.

Quien entrara en los años 90 en un sex shop, ese feo nombre tenían, tiendas de sexo, puede dar fe de que eran lugares sórdidos, ocultos, con un aura de estar haciendo algo malo. Para colmo, si eras mujer, lo único que podías encontrar dentro eran réplicas de penes de tamaños poco realistas y de materiales poco seguros.

Ahora la historia ha cambiado. Cada vez abren más tiendas eróticas, lugares abiertos, limpios, coloridos y bien iluminados donde la paridad, la tolerancia y la diversidad es un hecho.

Jesús Pérez regenta, junto a su hermano Manuel, tiendas de juguetes sexuales desde hace casi 20 años. Ahora, son los propietarios de Be Lover – Erotik Market (la tienda de estas características más grande de Madrid) un concepto de tienda «que se inspira en un supermercado, con lineales y zonas temáticas».

«Más de una vez ha entrado una señora mayor pensando que es una perfumería», explica Jesús. Y es que antes «este tipo de tiendas no existían, pero el público femenino las demandaba», hace ver Manuel. Su local se centra en hacer agradable la luz, el color y el sonido.

De hecho, su público objetivo son las «mujeres 20 a 40 años, aunque cada vez más llegan señoras mayores». «Siéntete libre, toca, pregunta«, es el mejor consejo para ir a una de estas tiendas, según hacen ver los dueños.

En esta tienda hay más de mil productos diferentes, la mayoría, de formas insinuantes pero no explícitas, de colores diferentes. Aunque siguen existiendo «porque aún hay demanda», los aparatos que reproducen el cuerpo humano.

«Los fabricantes se han puesto las pilas con la presentación, los materiales y la tecnología», dice Jesús. «El envoltorio ahora es elegante, bonito, no hay una rubia con labios rojos en cada caja»,

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