Una vez más he de referirme al deterioro continuo de la sanidad pública, un asunto que me parece lo suficientemente importante como para que toda la ciudadanía tome conciencia de ello y se disponga a defenderla con uñas y dientes, entre otras cosas, porque la pagamos sobradamente con nuestros impuestos y porque es uno de los principales soportes del Estado de bienestar. Todos sabemos ya de recortes, de privatizaciones, de supresión de puestos de trabajo, de listas de espera inhumanas, de incompetentes al frente de algo tan serio, de manera que no voy a insistir en eso y voy a citar algunas cosas de hoy mismo: para empezar, en Galicia han llegado al límite de lo soportable y hay manifestaciones de médicos, enfermeros y pacientes; para seguir, he oído a una doctora decir que ha visto médicos salir llorando de Urgencias; y para concluir, un paciente de 82 años ha tenido que soportar 10 horas de espera para que una ambulancia lo llevara del hospital a su domicilio. La pregunta es muy clara: ¿a quién le interesa la privatización de la sanidad? ¿Es necesario añadir algo más?

Ángel Villegas Bravo. Madrid

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