El mundo de la psicología ya estaba revuelto por la dudosa utilidad de determinadas técnicas y tratamientos poco o nada respaldados por evidencias científicas que probaran su utilidad. Y la llegada del plan del Gobierno de Pedro Sánchez para combatir las pseudoterapias ha sido como agitar un avispero en el seno de la psicología española.

“Algunas de las que pueden ser consideradas pseudoterapias pueden suponer beneficios contrastados para la salud de los pacientes”, afirma el Consejo

El Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos (COP), el órgano que representa a los profesionales españoles, publicó nada más arrancar el año un posicionamiento sobre este plan gubernamental. En su texto, lamentaba que no se hubieran tenido en cuenta la mayoría de las aportaciones del Consejo, y proponía añadir un ambiguo párrafo que ha provocado preocupación entre numerosos psicólogos. “Algunas de las que pueden ser consideradas pseudoterapias pueden suponer beneficios contrastados para la salud de los pacientes, cuando son utilizadas correctamente por profesionales psicólogos”, dice el enunciado propuesto por los representantes de los psicólogos españoles.

Este posicionamiento, y concretamente esa propuesta, ha levantado ampollas entre el mundo de la psicología porque, consideran, defiende el uso de pseudoterapias siempre que las usen los profesionales. Un grupo de profesionales decidió entonces responder públicamente ante el Consejo con una carta que ya han firmado más de 1.300 titulados. En su misiva califican esa frase como “una afirmación errónea y extremadamente preocupante viniendo de un órgano que, entre otras responsabilidades, debe velar por la calidad de la enseñanza y la práctica de la psicología en todos los ámbitos”.

Del mismo modo, dos sociedades científicas han reaccionado con “preocupación” y pidiendo aclaraciones al Consejo. Por un lado, la Sociedad para el Avance del Estudio Científico del Comportamiento (SAVECC) “considera que esas afirmaciones contribuyen a hundir la credibilidad de los psicólogos y psicólogas como profesionales de la salud al solicitar una condición especial, arbitraria y vagamente definida”. Por otro, la Sociedad Española de Psicología Clínica y de la Salud (SEPCyS) se ha puesto en contacto con el Consejo para transmitirle que ese párrafo les “genera una importante preocupación en tanto va en contra del artículo 18 del código deontológico de la psicología”,

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