El problema de la falta de médicos en la sanidad pública llega hasta las cárceles. Una tercera parte de las plazas de médicos de prisiones (184 de 491) de España están sin cubrir, según ha expuesto esta mañana Carmen Hoyos, coordinadora de Sanidad Penitenciaria de la Organización Médica Colegial (OMC). Ellos son los responsables de cubrir el equivalente a la atención primaria en 72 cárceles (todas menos las de Cataluña) con unos 50.000 reclusos.

Aparte de las características del puesto, para Hoyos hay una causa clave: el sueldo. “Aunque se nos exige ser especialistas de Medicina de Familia como a los médicos de primaria, cobramos de media 1.450 euros menos brutos al mes”, ha dicho en unas jornadas organizadas por la Coordinadora Estatal de VIH/Sida (Cesida). También a enfermeras y farmacéuticos les paga el Ministerio del Interior, y cobran menos que sus colegas de la sanidad.

Y la situación no tiene visos de solucionarse. En 2018 salieron 15 plazas de médico de prisiones, ha dicho Hoyos, y se cubrieron dos. Y el problema viene de lejos: en 2008 fueron 5 de 16.

No se trata solo de un problema laboral. La población reclusa tiene rasgos especiales en temas sanitarios. Por ejemplo, José Antonio Martín, de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP), ha expuesto la mayor prevalencia de problemas de salud mental. No solo en el ingreso. Además, hay que “analizar de qué manera la prisión afecta al proceso de pérdida de la salud mental, e igualmente de qué forma desde dentro del entorno penitenciario, se puede ayudar a la recuperación de este tipo de enfermo”, dice la SESP.

Otras deficiencias

Carmen Hoyos, responsable de Sanidad Penitenciaria de la Organización Médica Colegial, ha puesto esta semana varios ejemplos de problemas causados por falta de personal sanitario en las cárceles.

Ibiza. Del 20 de octubre al 8 de enero estuvo sin médico.

Picassent (Valencia). La más grande de España. Tiene un proyecto de 21 médicos, pero solo hay 2, y uno de ellos es una subdirectora que no debería estar dedicada a la atención,

 » Más información en elpais.es