Investigadores de la Universidad de Granada han demostrado en un estudio que fumar cannabis altera la visión y la conducción de consumidores ocasionales, al producir un empeoramiento significativo en funciones como la agudeza visual, la sensibilidad al contraste y la visión tridimensional.

Esto se traduce a su vez en un empeoramiento en la capacidad para conducir y, sobre todo, en un peor control de la posición del vehículo en el carril, según ha informado este viernes la UGR en un comunicado.

Este trabajo ha sido el primero en aportar evidencias que demuestran que los efectos visuales del cannabis pueden tener un impacto negativo en la capacidad para conducir, lo que compromete la seguridad vial.

La autora principal, Sonia Ortiz, ha explicado que el cannabis es la droga ilegal más consumida en Europa según el último Informe Europeo sobre Drogas 2020.

Además, según la Dirección General de Tráfico (DGT), se trata de la droga más detectada en conductores implicados en accidentes de tráfico, y se encuentra en el 60 % de los que dan positivo.

En el estudio, que cuenta con la aprobación del Comité de Ética en Investigación Humana de la UGR, han participado veinte fumadores ocasionales de cannabis.

A todos ellos se les hizo una serie de pruebas visuales y se les evaluó su capacidad para conducir con un simulador,

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