«Hay que poner el foco en el cuidador de las personas mayores». El doctor Francisco Javier Martín Sánchez (Madrid, 45 años) no se cansa de repetirlo. Su experiencia como geriatra y urgenciólogo en el Hospital Clínico San Carlos y en el grupo del Paciente Mayor de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) le ha enseñado que las extremas medidas que mitiguen la transmisión del virus del personal sanitario y no sanitario que cuida de los ancianos en las residencias es un pilar básico en la estrategia contra la propagación del COVID-19. Martín Sánchez, como especialista en geriatría, no está muy de acuerdo con la idea de poner a los niños al cuidado de los abuelos «porque se pone en riesgo a la persona más vulnerable, el mayor». Desde la Semes han lanzado una idea interesante: que los estudiantes (un colectivo formado y de bajo riesgo en caso de contagiarse) den un paso al frente para cuidar a niños y mayores.

–¿Necesitan las personas mayores una protección especial frente al coronavirus?

–Los mayores son una población muy vulnerable que si se contagia tiene mayor riesgo de mortalidad que la población más joven. Según van aumentando los grupos de edad, la mortalidad se va duplicando. La tasa de letalidad del virus está en torno a un 2% de los enfermos, pero pasa al 4% en los pacientes de 60 a 70 años, al 8% en los de 70 a 80 años y en torno al 15% en los mayores de 80.

–Al ser un colectivo de riesgo, ¿qué medidas sugiere adoptar?

–Es un colectivo que tenemos que proteger. Y tenemos que hacerlo con medidas para disminuir el contagio como el lavado de manos e intentar minimizar el contacto ante la más pequeña sospecha de infección del cuidador.

–Así que los cuidadores de mayores deben extremar medidas.

–Sí.

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