Tras escudriñar con paciencia la Santopedia, los únicos santos que se puede encontrar que lo fueron por hacer algún bien social u obra de utilidad pública han sido san Cosme y san Damián. De la madre Teresa de Calcuta, quizá, mejor no hablar, porque ha acumulado has­ta acusaciones de crímenes contra la humanidad por su apego al sufrimiento y al dolor. De sus pacientes, claro. El desprecio eclesiástico por los medicamentos paliativos aún es algo actual.

Y ya que estamos en los umbrales del siglo XXI y hablando de medicina, consideremos tres asuntos médicos fundamentales para la sanidad que se desarrollaron en esa época: la higiene, la vacunación y la anestesia general. A los tres se opuso la Iglesia. Con la higiene fue más allá y traspasó todos los límites de humanidad. Cuando se decla­raba una epidemia a lo largo del siglo XVIII, lo primero que los médi­cos prescribían era someter a cuarentena las barriadas afectadas, ais­lándolas incluso por la fuerza sí fuera menester. Lo primero que hacía la Iglesia era, como siempre, convocar rogativas en catedrales e igle­sias, así como un vía crucis en procesiones multitudinarias, para pedir al Señor que intercediera para lograr el cese del castigo divino. El clamor de los médicos ante la locura de juntar a la gente era como mínimo desoído. Como máximo, estos eran amenazados tan seriamente que muchos pagaron las consecuencias. Esto ocurría en casi toda Europa, pero de estas felonías eclesiásticas quedó constancia puntual de las muchas acontecidas en mi ciudad de Sevilla. Y, si se piensa que hablamos de tiempos muy antiguos, no hay más que re­cordar lo que opina la Iglesia en la actualidad sobre el uso del preservativo en África para atenuar el horror de la epidemia del sida que allí sufren. No nos indignemos y encarrilemos el siglo XIX, algo que es difícil hacer con cierto humor, porque el protagonista principal de su arranque fue Napoleón Bonaparte.

Este fue un magnífico militar, genial, quizá, y un azote para Eu­ropa. Las guerras en las que se vio involucrado (debemos expresarlo así,

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