Cuando los niños varones empiezan su pubertad experimentan una serie de cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales importantes. Además, en ocasiones, la pubertad puede manifestarse antes la edad recomendada (precoz) o tardar en hacerlo (tardía). El inicio del desarrollo puberal en los niños se da entre los 9-10 años, según indica la Asociación Española de Pediatría (AEPED). El cuerpo empieza a fabricar hormonas sexuales, lo que produce una serie de cambios esenciales que supondrán una transición hacia la edad adulta.El cambio más notorio es el «estirón« que experimentan. De hecho, la AEPED considera que durante los años en los que están en plena pubertad «ganan el 25% de la talla que tendrán de adultos y el 40% del peso». Además, añade que los órganos más importantes del cuerpo «como el corazón, el riñón o el hígado doblan su tamaño».Sin embargo, existen otros cambios que también empiezan a manifestarse, algunos de una manera mucho más progresiva que otros:Una situación que suele causarles pudor a los niños cuando inician su pubertad son las erecciones espontáneas que surgen sin motivo alguno. Esta reacción que tiene el cuerpo se debe a la producción de hormonas sexuales y no es posible controlarlas.Asimismo, también es normal tener poluciones nocturnas, es decir, eyacular mientras se está durmiendo. Esto sucede porque el cuerpo está produciendo más testosterona y, con ello, esperma. Es una reacción completamente natural que no se puede evitar.La pubertad adelantada suele darse cuando aparece en los niños antes de los 9 años y es considerada una variante de la normalidad. Sin embargo, es recomendable realizar ciertas pruebas por si la pubertad precoz está relacionada con la presencia de tumores, hiperplasia adrenal congénita u otras causas.Los niños que son PEG (Pequeño para la Edad Gestacional) tienen altas probabilidades de sufrir pubertad precoz. No obstante, esto no entraña ningún riesgo para su bienestar y salud.Contrariamente, la pubertad tardía surge a partir de 14 años. En estos casos deben hacerse diferentes pruebas para descartar la posibilidad de una torsión testicular o un trastorno genético que puede estar causándola. A veces, el motivo también puede estar en haber sufrido paperas.Todos los cambios que sufren los niños una vez inician la pubertad pueden provocar inquietud con respecto al tamaño del pene, tener un testículo más abajo y otro más arriba (algo que es totalmente normal), las erecciones espontáneas o la aparición tardía del vello facial.

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