Chorizo, jamón, pavo, mortadela… Existen multitud de embutidos que forman parte de nuestra dieta diaria pero, ¿son realmente saludables? ¿Cuál es la opción a la hora de comprar este tipo de derivados cárnicos? Aunque se incluyen en la gastronomía mediterránea, lo cierto es que la mayoría de productos contienen un alto porcentaje de sal y grasas, por lo que se recomienda que su consumo sea ocasional.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una guía de compra sobre todo tipo de embutidos y ha analizado cuáles serían los más y menos saludables, así como las recomendaciones de compra y conservación.
¿Hay embutidos más saludables que otros?
«Este tipo de alimentos no son especialmente saludables, más bien al contrario», subraya la organización. Los embutidos y fiambres son carnes procesadas que, en la mayoría de casos, contienen «un exceso de grasa, sal o incluso aditivos».
Su valoración nutricional tampoco obtiene buenas valoraciones en Nutriscore, añade la OCU. «El problema, en la mayor parte de los casos, es su elevado contenido en sal y grasas saturadas». Entonces, ¿qué tipo de embutidos elegir?
La OCU recomienda escoger embutidos como el jamón cocido, la pechuga de pavo o de pollo por su menor contenido en grasa, «aunque su contenido de sal es alto».