MERCEDES BORJA

  • Según la OMS cada año mueren 4 millones de personas por respirar un aire contaminado en los hogares.

Hombre limpiando

Cuando hablamos de contaminación, lo primero que se nos viene a la cabeza es una ciudad plagada de tráfico, con un ambiente irrespirable y lleno de humo. Sin embargo, esa no es la única contaminación que puede perjudicar nuestra salud, pues dentro de la mayoría de nuestros hogares y otros lugares interiores, existe otra contaminación que puede llegar a ser igual o más perjudicial si cabe.

Según la OMS, cada año se producen cuatro millones de muertes en el mundo a causa de respirar un aire contaminado dentro de los hogares, aire que provoca enfermedades como neumonía, accidentes cerebrovasculares, cardiopatías e incluso cáncer.

Algo muy relevante teniendo en cuenta que en lugares como España pasamos en interiores (entre el hogar, el trabajo, los estudios y el ocio), alrededor del 90% de nuestro tiempo. Ser conscientes de que esta contaminación existe y saber cómo combatirla también es vital para nuestra salud.

Cuáles son los contaminantes más frecuentes

La contaminación dentro de los hogares puede tener varios orígenes, como los derivados de la combustión que se produce al cocinar o calentarnos, agentes y procesos biológicos, gases o compuestos orgánicos volátiles (COV).

Productos de combustión

Los aparatos de calefacción, las cocinas, las estufas, los hornos, etc., e incluso el humo de tabaco, pueden liberar distintos contaminantes, como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y de azufre, formaldehídos, benzopireno y partículas (PM). Aunque cada vez se buscan combustibles más limpios dentro de los edificios, en más de la mitad de los hogares del mundo se siguen utilizando combustibles muy perjudiciales.

Materiales de construcción y mobiliario

Los materiales con los que se construyen la mayoría de los edificios contienen elementos contaminantes que se degradan y se descomponen en partículas más pequeñas, capaces de llegar a los pulmones. Algunos de ellos son fibras de vidrio y asbesto. Lo mismo ocurre con los materiales utilizados para la fabricación de muebles, que suelen contener multitud de tóxicos, como formaldehído (presente en barnices de contrachapados, paneles, aglomerados…), benceno (plásticos, pinturas…) o tolueno (disolventes…).

Productos de limpieza y aseo personal

Tanto los productos de limpieza como los de aseo personal contienen compuestos orgánicos volátiles (COV),

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