Desde hace ya algunas décadas, el VIH es uno de los patógenos que más rápido se ha expandido por el mundo y que mayores estragos ha causado. Se transmite por el contacto sexual, ya sea entre personas del mismo o de distinto género, y tarda en provocar signos visibles, con lo que es frecuente que la infección pase desapercibida durante bastante tiempo.
Por ello, las pruebas del VIH son una herramienta muy útil para saber si una persona está o no infectada por este virus, y por tanto si debería tomar ciertas medidas para prevenir complicaciones o transmitir la enfermedad a otras parejas.
¿Quién debería hacérsela y cuándo se realiza?
Según explica el ministerio de Sanidad, cualquier persona, hombre o mujer, puede estar infectada con el VIH si ha tenido prácticas de riesgo, es decir, si se ha expuesto al virus a través de relaciones sexuales sin protección o a través de la sangre.
Por tanto, se recomienda realizarse la prueba del VIH:
- A todas las personas que lo deseen.
- A las mujeres que estén embarazadas o piensen quedarse embarazadas.
- Ante cualquier sospecha de una exposición de riesgo, ya sea por relaciones sexuales con penetración sin preservativo con una mujer o un hombre con infección por VIH o por relaciones sexuales con penetración sin preservativo con una o diversas parejas de las que desconocía si estaban infectadas o no.