La circuncisión es una operación bastante habitual empleada para solucionar la fimosis (una condición en la que el prepucio es demasiado estrecho como para descubrir completamente el glande, lo que puede dificultar la masturbación, las relaciones sexuales y la higiene íntima). Normalmente se lleva a cabo cuando el paciente aún es un niño pequeño, aunque no es raro que en muchos casos se posponga hasta más adelante, incluso hasta la adultez.

¿Cómo prepararse para una circuncisión?

Se considera una operación muy segura y sencilla, con un riesgo muy bajo de complicaciones. Aún así, especialmente teniendo en cuenta que se realiza bajo anestesia (incluso general, sobre todo en adultos y en chicos más mayores), es necesaria una cierta preparación previa.

Por una parte, y como en cualquier procedimiento quirúrgico, el cirujano deberá explicar adecuadamente todos los detallas de la operación al paciente, que con este conocimiento deberá otorgar su consentimiento informado. Si el paciente es demasiado joven para darlo, lo darán sus tutores legales; en el caso de las circuncisiones rituales, deberán dar su consentimiento los dos progenitores del menor.

Igualmente, y tal y como es común cuando se emplea anestesia, es posible que el médico le pida al paciente que ayune durante las seis horas anteriores a la operación.

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