Todos lo hemos vivido de cerca: alguien cumple 70 o 75 años y empieza a ver cómo sus achaques se multiplican de repente, alguna enfermedad crónica hace su aparición (casi todas tienen que ver con la edad a partir de los 60), comienzan las entradas y salidas del hospital, con internamientos cada vez más largos, y fallece a los 85 o 90, dejando atrás una década gris digna de olvido. Ahora, una versión más amable del cuento, en la que científicos que estudian la biología molecular del envejecimiento tienen sólidas esperanzas: nuestro protagonista cumple 70 años y sigue haciendo su vida (con más tiempo libre, porque además se ha jubilado), juega con sus nietos, hace algo de deporte, viaja… y así sopla 80 velas. ¿Dolores? Pocos, a lo sumo alguna muela. Y el cáncer, el alzhéimer o el párkinson no miran ni de reojo. Quizás, cierto es, se mueve más torpemente, pero nada paralizante, hasta que un tropiezo a los 85 o 90 acaba en fractura ósea. Un par de días de cama y muere: ni el médico sabe con exactitud la causa.

«Vaya, como viven los centenarios, aunque en su caso se debe a una suerte genética. Pero, ¿y si nos pudiera ocurrir al resto?», plantea Felipe Sierra, impulsor del artículo (Cell, 2013) en el que científicos de todo el mundo definieron un punto de partida para lograrlo, con la definición de siete procesos moleculares que intervienen en el envejecimiento y sientan las bases de la gerociencia (lucha contra las enfermedades asociadas a la edad, simplemente, enlenteciéndola). «Es algo que ya se ha conseguido en varias especies animales, incluyendo los mamíferos (ratones), con la consecuencia de que viven más años y en mejores condiciones de salud», sostiene María Blasco, bióloga y directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Resulta que el cuento no era de ciencia-ficción. Repasamos los pilares y el modo de moldearlos.

Daño molecular, células madres y regeneración: poco que rascar

Dos de los procesos que, de momento, menos intervención permiten, sostiene Felipe Sierra, director del departamento de Biología del Envejecimiento del Instituto del Envejecimiento de EE UU (NIA),

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