Llega el verano y con ello un sol abrasador al que en muchas ocasiones no estamos acostumbrados a protegernos. Durante la temporada estival el sol tiene una mayor incidencia, en forma de rayos UVB y rayos UVA, y no podemos pasar por alto el buen cuidado de nuestra piel, para así, evitar los efectos nocivos del sol como el cáncer de piel, las quemaduras, los golpes de calor y las deshidrataciones.

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el incremento de tumores cutáneos se relaciona con la exposición a la radiación ultravioleta y el tipo de piel. Las personas de piel clara sufren más quemaduras solares y tienen un mayor riesgo de cáncer de piel, que las de piel oscura. Sin embargo, aunque la incidencia de cáncer de piel es menor en las personas de piel oscura, los cánceres suelen detectarse más tarde, en un estadio más peligroso. El riesgo de lesiones cutáneas, envejecimiento prematuro de la piel e inmunodepresión es independiente del tipo de piel. Las lesiones cancerosas suelen aparecer en las zonas más expuestas al sol como la cara, el cuello, la espalda y las extremidades. Este tipo de cancer es más común en personas de más de 50 años, pero cualquiera puede resultar afectado, por lo que es muy importante educar desde temprana edad sobre el buen cuidado de nuestra piel.

Por lo que para prevenir todo esto, es importante seguir estos 6 consejos que se muestran a continuación:

  • 1

Evitar el sol en las horas puntas. Prevenir la exposición directa al sol en las ‘horas clave’ del día, concretamente entre la 1 y las 5 de la tarde. Y sobre todo no realizar esfuerzos físicos intensos en las horas de más calor.

  • 2

Utilizar correctamente el protector solar. En ocasiones no damos importancia al empleo óptimo de la crema solar y es muy importante saber que: para cada tipo de piel hay que utilizar un protector diferente por lo que es recomendable preguntar a un profesional que protección necesitas para tu tipo de piel,

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