El ictus, por definición, se presenta de forma brusca, no avisa, ni tampoco empeora con el paso del tiempo. Sucede en cuestión de minutos. En el momento en el que aparece la primera señal, hay que actuar con rapidez puesto que se trata de un infarto cerebral que no nos concede tiempo para actuar tranquilamente. En este caso, la celeridad es especialmente importante para resolverlo con éxito.

«El ictus ataca por sorpresa. Estás bien, y de repente sucede. Es fundamental saber esto porque, si no lo reconoces en el momento para salir a buscar ayuda sanitaria inmediata, la probabilidad de tener secuelas mayores y peor pronóstico es bastante alta», explica a 20minutos la doctora Mª Mar Freijo, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología.

Guiados por la especialista en ictus, vamos a conocer cuáles son los síntomas que nos avisan, y cómo hacerles frente.

¿Por qué sucede un ictus?

Un ictus tiene lugar como consecuencia de la obstrucción de una arteria, de un vaso que lleva la sangre a una determinada zona del cerebro. Al no llegar correctamente por culpa del trombo, las funciones de las que está encargada esa parte del cerebro se alteran.

Dependiendo del vaso sanguíneo que se vea afectado,

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