El cerebro necesita vacaciones. No es un eslogan publicitario de una agencia de viajes, sino una necesidad biológica. En la antigua Grecia ya existían templos dedicados a Asclepio, dios de la Medicina, donde los pacientes eran inducidos a soñar para curarse de sus enfermedades. Las ventajas del sueño y del descanso se siguen demostrando en la neurociencia actual. Es más, ahora se sabe que solo alcanzamos nuestras dosis máximas de energía alternando el trabajo y el reposo, el esfuerzo y la vocación, la obligación y la diversión. El descanso regenera el cuerpo, activa la memoria y nos ayuda a desarrollar el ocio, que tanto nos complementa como seres humanos. Ahora bien, la tecnología y los hábitos actuales no nos lo ponen demasiado fácil. Veamos cinco claves que pueden ayudarnos a desconectar cuerpo y mente. Las propuestas aparecen en el libro Vitamina X, que escribí junto a José Luis Llorente y Jesús Vega después de estudiar el desempeño de deportistas de élite y de otros grandes profesionales.

1. Tómatelo en serio

Sabemos que el descanso es importante, pero no resulta fácil disfrutarlo. Si uno es autónomo o un profesional que no sabe (o no puede) desengancharse del móvil o del correo electrónico, las vacaciones se convierten en trabacaciones, como dice Pedro Rojas, coautor de varios libros sobre digitalización. En este apartado también se pueden incluir a los instagramers y todos los aficionados a las redes sociales. O a quienes bombardean el WhatsApp con la foto de la paella. Descansar es no hacer nada, incluso, aburrirse, que es muy sano. Gracias a esos instantes de ocio surge la idea que tanto se nos resiste, como le ocurrió a Newton con la famosa manzana que dio lugar a la teoría de la gravedad.

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 2. Planea tus descansos y crea hábitos

El descanso también es un hábito que ha de comenzar cuando empieza el día. No sirve con dormir mucho uno o dos días por semana.

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