El 14 de febrero se firmó. El 15 se distribuyó por las embajadas y consulados de España en el extranjero y el 16 quedó sin efecto. La historia de la que probablemente es la instrucción administrativa con una vida más corta de la legislatura duró apenas dos días, con el anuncio aún fresco de la nueva fecha de elecciones. Se trata de un documento administrativo que recogía una vía más “sencilla” para registrar a los menores nacidos por vientres de alquiler, una práctica ilegal en España y que el Gobierno ha considerado siempre una de sus líneas ideológicas irrenunciables: “Los vientres de alquiler son la utilización del cuerpo de las mujeres más pobres”, en palabras de la vicepresidenta Carmen Calvo.

Las llamadas y críticas a través de redes de colectivos feministas calentaron el ambiente viernes y el sábado. Las asociaciones contrarias a la práctica —Stop Vientres de Alquiler o No somos Vasijas, entre otras— criticaron a la vicepresidenta, de la que depende también el Ministerio de Igualdad. En el departamento de Carmen Calvo, según las fuentes consultadas, ni siquiera conocían la existencia del documento elaborado en el Ministerio de Justicia. Tres fuentes confirman que Calvo tuvo que frenar la instrucción cuando ya las embajadas la estaban dando por válida y los medios de comunicación habían contado que se abría esta nueva vía para inscribir a esos bebés.

La instrucción “sobre actualización del régimen registral de filiación de los nacidos mediante gestación por sustitución” fue enviada a las embajadas y consulados españoles para tratar de cerrar la crisis de Ucrania, donde cinco parejas españolas vieron denegadas las inscripciones de bebés que habían nacido mediante esta práctica, que supone que una mujer gesta y pare un bebé y cede la paternidad y/o maternidad a terceros. El Ministerio de Exteriores desaconseja desde 2016 acudir a Ucrania, pero la realidad es que cada año acaba registrando unos 300 casos solo en este país del Este de Europa. Hasta julio, en esta embajada se empleaba una prueba de ADN para confirmar que el material genético del bebé y del padre español coincidían,

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