El poder terapéutico de la naturaleza como espacio para potenciar el bienestar es algo que ya tenían en cuenta los antiguos egipcios, quienes creían que los espacios exteriores ajardinados tenían propiedades curativas para los problemas de espíritu y emocionales.

En la actualidad estos beneficios se siguen explorando a través de los llamados ‘jardines terapéticos’, es decir, espacios verdes diseñados para la relación e interacción con la naturaleza que favorecen, además, la estimulación, educación, desarrollo y rehabilitación a un nivel físico, psicológico y emocional de las personas.

Según los expertos de la Asociación Americana de Terapia de Horticultura (AHTA), los jardines terapéuticos tienen multitud de propiedades. Entre las más importantes: reducir el estrés, los síntomas de enfermedades mentales como la esquizofrenia, la demencia, el trastorno del espectro autista, trastornos del estado de ánimo y patologías relacionadas y, en general, mejorar el estado de ánimo.

Además, muchos pacientes experimentan gracias a la jardinoterapia mejoras notables “en el sentimiento de autoeficacia, en el sentido del logro y el éxito y, en el descubrimiento de actividades placenteras y relajantes. Permite que las personas desarrollen su propia identidad, salgan de su rol de enfermo dependiente de los demás y se involucren en una ocupación percibida como importante por la sociedad”, destacan desde el estudio del paisajista Fernando Pozuelo, premio internacional A Design Award 2020 y Premio Best of Houzz Diseño 2021.

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