La radioterapia es un tratamiento habitual del cáncer de mama. Usualmente se usa después de la cirugía y de la quimioterapia con el objetivo de minimizar las probabilidades de que el cáncer reaparezca. Se trata de un tratamiento muy eficaz y seguro, pero, como cualquier otro tratamiento, no está exento de efectos secundarios. Entre los más comunes: molestias en la piel, hinchazón, linfedema o la fatiga y cansancio extremos, que pueden interceder en la vida diaria de las pacientes. Veamos por qué se produce y qué podemos hacer para paliar el agotamiento provocado por la radioterapia.

¿Por qué se produce el cansancio?

La radiación puede provocar cansancio. Al fin y al cabo, este tratamiento puede dañar células sanas y obligar a nuestro organismo a hacer un esfuerzo extra para repararlas. La fatiga a causa de la radiación es, además, uno de los efectos secundarios más tempranos, suele notarse al someterse a las primeras sesiones y persistir varias semanas después, hasta el punto de impedir o dificultar mucho las tareas diarias.

Sin embargo, la radioterapia no suele ser la única causa del cansancio extremo durante el tratamiento contra el cáncer. También influye la quimioterapia, la terapia hormonal, la falta de actividad física, la ansiedad y la angustia que provoca la enfermedad, el insomnio…

Cómo paliar la fatiga

Aunque es probable que la fatigue no desaparezca del todo hasta después de terminar el tratamiento,

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