La psoriasis es una afección muy prevalente entre la población a pesar de seguir siendo poco conocida, ya que afecta a más de 125 millones de personas en todo el mundo. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce esta enfermedad como crónica para la que todavía no existe cura.
Así, se trata de una enfermedad inflamatoria crónica cuyo origen es desconocido y que se caracteriza «por una multiplicación demasiado rápida de las células de la piel», explica la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), a través de la Fundación Piel Sana, en la guía para pacientes con psoriasis. Entonces, ¿por qué ocurre esto? «Las señales defectuosas que se originan en el sistema inmunológico, provocan que la formación de nuevas células epidérmicas se lleve a cabo en días, en lugar de en semanas», detalla la guía.
Algunos factores de riesgo que contribuyen a su aparición son los genéticos, inmunológicos, medioambientales y/o psicológicos, y los síntomas más habituales se caracterizan por la aparición de escamas en la piel, irritación y enrojecimiento, entre otros.
Aunque esta enfermedad no tiene cura, sí existen tratamientos disponibles bastante eficaces para minimizar sus consecuencias físicas y psicológicas. En cualquier caso, este tratamiento es individualizado y puede incluir fototerapia,