La Universitat Politècnica de València y el Instituto de Biomecánica han liderado el desarrollo, en apenas diez días, de un nuevo ventilador mecánico, listo para su rápida producción industrial y que contribuirá a dotar de estos dispositivos a los hospitales para tratar a pacientes afectados por el COVID-19.

El equipo ya está validado en el laboratorio y listo para producirse a gran escala, cuando se obtenga el permiso de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, según fuentes de la institución académica, que han destacado que diferentes empresas valencianas y multinacionales han mostrado ya su disposición para producir en serie este ventilador

El nuevo respirador consiste en un dispositivo electromecánico controlado que mantendrá el ciclo respiratorio en pacientes críticos, y destaca por su simplicidad, fácil manejo y reducido tamaño. «Su diseño facilita a las empresas una fabricación rápida y sencilla», afirma Carlos Atienza, director de innovación de Tecnología Sanitaria del IBV y coordinador del desarrollo mecánico del ventilador.

El sistema permitirá al personal sanitario controlar la frecuencia del ciclo respiratorio, el volumen de aire y la presión y, además, dispone de diferentes sensores y alarmas que ayudan al adecuado control de la respiración de los pacientes. A juicio de los expertos del proyecto, este «cumple perfectamente los requerimientos para el mantenimiento de la respiración de un paciente crítico», remarca Javier Saiz.

El diseño y fabricación de los dos primeros prototipos se hizo en tiempo récord, cinco días, por el equipo técnico del IBV formado por José Navarro, Fernando Molla y Daniel Gómez, y del Ci2B con Julio Gomis-Tena y Alberto Hernández, con la colaboración de profesores del departamento de Ingeniería Mecánica y de Materiales (DIMM) de la UPV, dirigido por Eugenio Giner.

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